En
un futuro no muy lejano…
La
educación ya no es lo que era. Se fue deteriorando progresivamente,
no sabemos cuál fue el detonante pero sí algunos de los factores
que llevaron a esta sacrificada y necesaria profesión al más cruel
ostracismo: los avances tecnológicos, la política, la pérdida de
valores a favor de un marcado individualismo… son solo algunos
ejemplos al azar.
Las
escuelas han cambiado. No son escuelas, son industrias. Los jóvenes
reciben día tras día actualizaciones que se insertan en su lóbulo
parietal sobre cuál debe ser su función en la sociedad: meros
eslabones de una cadena obrera que sirven para engrasar un proceso de
grandes magnitudes. Tan grande que ni ellos mismos llegan a
comprenderlo. No se les educa para ser libres, se les reconduce para
ser útiles.
Bien
es cierto que el régimen político al que estamos sometidos no nos
ha puesto las cosas fáciles. Se ha decretado una ley en la que
todos los profesores han perdido su condición de maestros y, ahora,
son perseguidos como criminales con el fin de “reconducirlos” a
ellos también.
Pero
todavía nos queda esperanza. Como maestros siempre tuvimos grandes
dosis de esperanza. Existe un pequeño grupo de nómadas que se hacen
llamar “Los Ilustrados”, un grupo de profesores fugitivos que se
niegan a ser “actualizados”. No se conoce su actual ubicación
pero, a día de hoy, son la única esperanza que nos queda para ver un mundo libre y
la última posibilidad que tenemos de cambiar este panorama.
Así
que, por favor, profesor, si estás leyendo esto, te ruego que
intentes ponerte en contacto con ellos, suelen usar marcas que
indican dónde pueden estar o han estado...”busca la luciérnaga”.
Continuará...
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