ALUMNOS QUE PIENSAN Y ARGUMENTAN
Durante
mis prácticas estuve observando a diferentes profesores de lengua y literatura
castellana. Me llamó la atención especialmente cómo impartía las clases una
maestra cuyos grupos eran 1º y 2º de la ESO.
Esta
maestra trabajaba mucho la competencia comunicativa lingüística de los alumnos.
Una de las tareas que realizaba muy a menudo era hacer reflexionar a los
alumnos sobré qué nota se pondrían a sí mismos y a sus compañeros en el
ejercicio que acababan de realizar en clase y por qué. Las reglas eran que no
se podía decir “me gusta, no me gusta, no sé, bien y mal”. Ellos tenían que
argumentar de forma oral y delante del resto de compañeros los motivos por los
que pondrían esa nota.
Esta
actividad se realizaba durante las clases cuando los alumnos habían realizado
una exposición de forma oral, o habían leído un texto que habían creado ellos
mismos, etc. De esta forma, la profesora desarrolla la capacidad de los alumnos
para dar valoraciones y argumentarlas en voz alta, y, a la vez, desarrolla la
capacidad de los que están siendo valorados aceptar estas críticas
constructivas de sus compañeros. Además, como he explicado anteriormente, hay
ciertas normas por lo que no pueden decir un simple “le pongo un diez porque me
ha gustado”, tienen que dar razones de peso. De esta manera, la maestra también
conseguía que prestaran atención y se concentraran para escuchar las
exposiciones o lecturas de sus compañeros.
Los
contenidos que se trabajan en esta actividad son los textos orales
argumentativos. Los alumnos, evidentemente, improvisaban debido a que ellos no
sabían de antemano qué o cómo iban a realizar las actividades sus compañeros. Pero
sí sabían que tienen que argumentar sus ideas. Por tanto, la maestra iba
corrigiendo la estructura que seguían sus alumnos para argumentar, cada vez
proporcionaba más adjetivos para que los alumnos se pudieran expresar mejor,
etc.
Los
alumnos estaban muy habituados a hacer ese ejercicio y todos respondían de
forma efectiva. Todos tenían su espacio y su tiempo para expresarse y para que
les escucharan, porque sus opiniones son importantes. La profesora preguntaba a
todos y cada uno de los alumnos y al ser un texto argumentativo, admitía todas
las opiniones porque todas eran válidas. A ella lo que le importaba es que
fueran capaces de argumentarlas.
Las
dificultades que observé es que se invierte mucho tiempo en esta actividad,
pero pienso que es positiva porque ayuda a desarrollar el pensamiento crítico
del alumnado.
Como
decía anteriormente, este ejercicio la profesora lo realizaba a menudo. Por
tanto, los resultados se ven a largo plazo. Yo creo que el alumnado a final de
curso alcanzará los objetivos sin duda. Para empezar tendrán más vocabulario,
sabrán argumentar sus propias ideas de forma organizada y ordenada, por tanto,
sabrán redactar un texto argumentativo adecuadamente, sabrán ofrecer sus
opiniones en público, sabrán aceptar críticas y escuchar al resto de personas,
etc.
En
principio esta actividad la profesora no la explica, no hace referencia a los
conceptos lingüísticos-comunicativos que van a desarrollar con esta actividad.
Ella dirige la actividad sin explicar lo que es un texto argumentativo pero lo
está trabajando sin que los alumnos se den cuenta. Finalmente, cuando explique
lo que es un texto argumentativo y sus características, ellos ya se verán muy
familiarizados con él, porque continuamente durante las clases han creado
textos de este tipo.
Los
alumnos tenían dificultades a la hora de expresarse. Solían utilizar
expresiones como “porque me ha gustado, porque no me ha gustado, no sé qué
decir, porque sí, porque no”. Por este motivo, la profesora les prohibía que
utilizaran esas expresiones. Sin embargo
estas dificultades las fueron superando mediante la ayuda que la profesora les
ofrecía, mediante la escucha a los argumentos de sus compañeros, etc.
Estas
dificultades se deben a que los alumnos no tienen el suficiente vocabulario
como para poder decir lo que piensan de forma precisa. A esto, se suma la
vergüenza que les provoca hablar en público. Por este motivo, cuanto antes se
trabajen estas cuestiones, menores dificultades tendrán en su futuro, por
ejemplo cuando vayan a la universidad.
La
actividad que la profesora plantea me parece que está bien enfocada. Sin embargo,
se puede por ejemplo explicar a los alumnos anteriormente cómo se construye un
texto oral argumentativo, la estructura, los tipos de argumentos que hay, etc.
En
esta actividad en concreto no se utilizaban las TIC, porque lo que se pretendía
era que el alumnado fuera el principal protagonista y se le escuchara sin tener
ninguna distracción. No obstante, en los trabajos que realizaban antes de que
se realizara esta tarea de la argumentación, sí que se utilizaban las
herramientas TIC. Por ejemplo, cuando los alumnos exponían, se acompañaban de
su Power Point, podían añadir videos y, por tanto, acudir al internet del
ordenador del aula, etc. Sin embargo, el uso de las TIC en este caso no es
innovador.
Yo
creo que podrían utilizarse las TIC más en el aula. Para esta actividad, por
ejemplo, podría ponerse cada vez que se va a realizar la tarea una diapositiva
en la que aparezcan las preguntas a las que pueden responder (¿por qué le pones
esa nota a tu compañero?, ¿podría haberlo hecho mejor tu compañero?, ¿ha
hablado de forma clara?, ¿se ha entendido el mensaje?, etc.), ejemplos de conectores,
de adjetivos, etc.
Asimismo,
también podrían grabarse las primeras sesiones en las que se realiza esta
actividad y las últimas, para que los alumnos observen su evolución al final
del proceso.
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