Antes de incluir mi narrativa, debo aclararos que esta narrativa es diferente porque realicé mis prácticas en la Escuela de Idiomas de Alicante. Ya sabéis que se trata de un centro de enseñanza no obligatoria y que las clases se central principalmente en la lengua, aunque también hay espacio para la literatura (depende un poco del profesor/a).
Una de las actividades que observé durante mi periodo de prácticas y que considero que debo comentar en esta narrativa, se titulaba “¿Sigo o rompo la tradición?”. La tarea consistía en dividir al alumnado en grupos de tres y a continuación repartir tarjetas con el nombre de diferentes países. El objetivo era buscar algo curioso o que les llamara la atención como puede ser una fiesta, una tradición o una costumbre. Para ello, podían utilizar su teléfono móvil con el objetivo buscar información o preguntar a algún compañero/a nacido en ese país.
La profesora dejó quince minutos para que seleccionaran la información más importante según la plantilla que les proporcionó. Posteriormente, cada grupo debía explicar al resto de la clase qué país le había tocado y la tradición, fiesta o costumbre que más les había llamado la atención.
Esta actividad se realizó un martes durante el horario lectivo del nivel B2.1 con los alumnos que cursan la modalidad ordinaria, ya que solo tienen clase dos días a la semana El objetivo principal de la misma era conocer tradiciones y costumbres de otros países para fomentar el respeto hacia las diferencias culturales entre alumnado. Por otro lado, también se pretendía fomentar el trabajo cooperativo en pequeños grupos para desarrollar estrategias que permitieran organizar, planificar y exponer un trabajo en el aula. En este sentido, cabe destacar que la profesora se aseguró de dividir los grupos de diferentes formas para que cada alumno/a se acostumbrara a trabajar con cualquier compañero/a. Otro de los objetivos era realizar un debate para que el alumnado expusiera su opinión con total libertad y siempre mostrando respeto hacia sus compañeros/as y el docente.
En cuanto a los contenidos gramaticales, la actividad estaba diseñada para trabajar el uso del indicativo y el subjuntivo con los verbos de opinión negativos y afirmativos. Sin embargo, esta tarea tenía una gran carga de contenido intercultural, ya que favorecía el conocimiento de tradiciones o costumbres culturales. Además, al final de la explicación de cada grupo, si había algún alumno/a de ese país, este explicaba el significado cultural que tenía esa costumbre. De esta forma, es posible conocer qué hay más allá de una tradición que desde fuera se puede considerar como ‘cruel’ o ‘sin sentido’.
Para llevar a cabo esta actividad, la docente dividió al alumnado en grupos de tres personas y les entregó una tarjeta que contenía el nombre de un país. A continuación, les dejó tiempo para que pudieran trabajar de forma cooperativa e independiente pero se acercaba a las mesas de los estudiantes para comprobar si necesitaban ayuda o tenían alguna duda. Cuando cada grupo tenía preparada su breve exposición, el resto de compañeros/a lo escuchaba y debían realizar alguna pregunta después de su intervención. Al mismo tiempo, la profesora buscaba alguna imagen representativa o algún vídeo para que tuvieran también una referencia visual después de escuchar a cada grupo. Una vez que todos habían expuesto, se formó un debate donde cada estudiante debía decir qué tradición eliminaría y por qué.
Algunas de las dificultades que presentaron los alumnos fueron a la hora de realizar su explicación oral. Un par de grupos buscaron en wikipedia la información que la profesora pedía y la copiaron literalmente. No obstante, la docente no dejó que ningún grupo leyera, ya que quería que explicaran las cosas con sus propias palabras. A pesar de ello, la respuesta fue bastante positiva y todos mostraron un gran respeto por sus compañeros, aunque esto no les impidió expresar su opinión sobre cada costumbre.
Como era de esperar, cada uno defendió su tradición y la justificó a pesar de que otros compañeros/as no estuvieran de acuerdo con ella. Sin embargo, todos utilizaron argumentos muy convincentes e incluso criticaron las tradiciones de su propio país o aclararon cuestiones que el resto no tenía muy clara, como así ocurrió con el tema de la ablación en Egipto.
El grupo que tenía la tarjeta de Egipto, escogió el tema de la ablación y explicaron que era un problema que sufrían las mujeres musulmanas y era obligatorio por la religión. Cuando terminaron de exponer esta tradición, la alumna egipcia explicó muchas cosas que sus compañeros no sabían y se sorprendieron. Por ello, puedo afirmar que la interacción alumno-alumno fue muy fluida porque todos se preguntaban cosas y se respondían.
En cuanto a los objetivos alcanzados a través de esta actividad, por un lado creo que los alumnos alcanzaron los contenidos gramaticales expuestos por la docente. Sin embargo, creo que ella no era del todo consciente de la riqueza intercultural del tema planteado para llevar a cabo la práctica de dichas estructuras. El alumnado olvidó que estaban trabajando el indicativo y el subjuntivo y participaron de forma muy natural y utilizaron correctamente ambos modos.
Además, al final de la clase pude observar como el alumnado seguía hablando o preguntando a sus compañeros/a alguna cuestión que se les había quedado en el tintero cuando acabó la sesión. Muchos de ellos enseñaron fotos personales y contaron experiencias propias en su país. El caso que más impactó fue el de la joven egipcia, pues esta explicó que la ablación es una tradición preislámica que nada tiene que ver con el islam, sin embargo, las familias creen que las chicas deben pasar por esta operación porque de lo contrario nadie querrá casarse con ellas. Hayat (así se llama la alumna) explicó que ella se negó y decidió venir a España a pesar de que perdió toda relación con su familia, la cual la rechazó después de negarse a cumplir con la tradición. Sin embargo, la evidencia más clara de que el alumnado alcanzó los contenidos gramaticales e interculturales que se esperaba, fue la redacción que realizaron de forma individual en casa y luego entregaron a la profesora. En ella debían expresar su opinión sobre la tradición que más les hubiera llamado la atención de todas las expuestas en el aula previamente.
Por otro lado, considero que el alumnado comprendió los conceptos lingüístico-comunicativos empleados en esta actividad. Como pude observar en las redacciones que cada alumno/a realizó, entendieron y aplicaron los contenidos gramaticales que se esperaba. No obstante, uno de los problemas a la hora de realizar esta actividad fue que en la escuela de idiomas no hay wifi y algunos alumnos/as no tenían datos en su móvil para acceder a Internet. Además, la conexión del ordenador de la profesora era muy lenta y en ocasiones los vídeos se paraban y debían esperar para terminar de verlo.
En este sentido, el hecho de realizar una actividad oral resultó algo complicado para las alumnas de procedencia china y los alumnos rusos. Según me comentó mi tutora, los nativos/as de estas nacionalidades, buscan un tipo de enseñanza más teórica y a la hora de hablar en público tienen más dificultades porque no se sienten cómodos en todo aquello que no sean actividades de gramática e individuales. Por ello, creo que las dificultades observadas pueden deberse al carácter y a las preferencias de trabajo del alumnado. Y, por otro lado, a la mala conexión a Internet en el aula.
En mi opinión, yo habría realizado la tarea de forma diferente. Habría dejado que cada alumno/a explicara alguna de las costumbres o tradiciones de su país para evitar que busquen información y la copien de forma literal y sin entenderla como ocurrió en algunos casos.
Además, para trabajar el uso del indicativo y el subjuntivo con los verbos de opinión, habría pedido que cada uno expusiera su opinión sobre el aspecto cultural que ha explicado previamente y a continuación, realizar un debate de forma conjunta.
Considero oportuna la modificación que he comentado porque cuando se realizó el debate, cada alumno cambiaba de tema constantemente y en ocasiones el resto no sabía de qué tradición hablábamos. Por ello, creo que el debate debería haber sido después de cada explicación para que el alumnado se centrara en ese tema en concreto y no hubiera ocasión a perder el hilo.
En cuanto a los alumnos que mostraron algún tipo de dificultad, creo que una posible mejora podría ser preparar textos donde se expliquen diferentes tradiciones y costumbres para que deban relacionar las imágenes o los vídeos expuestos en clase con su texto. De esta forma, el alumnado que prefiere un material más ‘clásico’ se sintiera más cómodo y motivado para participar y realizar la tarea con su grupo.
El papel de las TIC en esta situación ha sido muy limitado, ya que no se han utilizado de forma innovadora. Solo se ha recurrido al ordenador para ver diferente vídeos de youtube sobre las tradiciones o costumbres que cada grupo ha explicado. Es cierto que esto ha favorecido a que el alumnado tuviera una referencia visual de aquello que explicaba cada grupo, sin embargo, ver los vídeos tampoco ha sido imprescindible para el funcionamiento de la clase.
Considero que el uso de las TIC en el aprendizaje de idiomas es fundamental. En muchos casos, cuando estudiamos un idioma es por placer o por necesidad, y en cualquier caso tiene cabida el uso de herramientas que nos motiven y faciliten este proceso. El alumnado se comunica con su profesora en persona o a través del correo electrónico, algo que considero desfasado hoy en día. Existen muchas plataformas como Edmodo o Moodle que no solo permiten la comunicación entre los docentes y el alumnado, sino también entre los estudiantes. Herramientas como estas también favorecen el intercambio de materiales, ideas y opiniones entre los aprendientes, algo que hace que estos puedan estrechar lazos y mantener una relación más allá del aula. No obstante, debemos tener en cuenta que en el caso de la EOI puede resultar un poco difícil utilizar las TIC y tener el mismo éxito que en una clase de Secundaria. El motivo es la edad de los aprendientes, y es que en la escuela podemos encontrar estudiantes de entre dieciséis y setenta años. Este último grupo no suele mostrar interés por este tipo de herramientas porque no sabe cómo utilizarlas o no tiene los medios para ello. Una posible solución podría ser que el profesorado utilizara más el aula de informática para que aquellos que no tienen los medios necesarios en casa también puedan participar, pero por el momento no ha sido posible.
Además, considero que la profesora podría haber utilizado las TIC para enriquecer esta actividad y que hubiera tenido mucho más éxito. En mi caso, habría preparado un kahoot con diferentes afirmaciones relacionadas con las costumbres y tradiciones de diferentes países para que decidieran si es verdadero o falso antes de elegir una para explicarla. Además, también habría propuesto una actividad para realizar fuera de casa utilizando el whatshap. La actividad consistiría en que el alumnado debe representar alguna curiosidad sobre su país, su cultura o su lengua que no se haya explicado en clase a través de emoticonos para que el resto trate de adivinar en qué consiste. Entregaría una tabla con los nombres de cada compañero/a para que los estudiantes tuvieran una plantilla y pudieran anotar qué interpretación han hecho de los emoticonos que sus compañeros/an han compartido en el grupo de clase.
Por último, otra actividad que se me ocurre relacionada con este tema podría ser pedir que, por grupos, grabaran un breve vídeo donde todos los integrantes escenifican la tradición o costumbre de la que van a hablar. De esta forma, podrían ver esos vídeos juntos en el aula y no utilizar los vídeos de youtube, sino los productos del alumnado.