¡Buenas tardes compañeros/as!
Dicen que más vale tarde que nunca, así que hoy voy a hablar sobre la autobiografía lectora que habría escrito cuando era estudiante de secundaria.
La verdad es que en el colegio, mi profesora de Lengua Castellana nos motivaba mucho y organizaba concursos de lectura muy interesantes. Sin embargo, después llegué al instituto y toda mi motivación de leer se esfumó al mismo tiempo que escuché eso de "Lecturas obligatorias". Tengo que decir que me daba miedo ir a una librería o una biblioteca... porque siempre me apetecía leer algo que no tenía nada que ver con lo que mis profesores/as me nos habían pedido. Así que aquí voy a nombrar algunas de las obras que más me motivaron a seguir leyendo.
La primera que recuerdo fue El diario de Ana Frank. Un día lo vi en una sección del Videoclub de mi barrio y me llamó mucho la atención. Le pregunté a mi madre y me contó que se trataba de la historia de una niña judía que escribió su día a día en un cuaderno porque estaba escondida con su familia en un edificio intentando sobrevivir. Entonces le pedí a mi madre que me lo comprara pero me dijo que no porque era un poco pequeña todavía para leer un libro tan triste. Sin embargo... insistí tanto que al día siguiente volvimos para comprarlo y empecé mi lectura en cuanto llegué a casa.
Le guardo muchísimo cariño a este libro porque fue el primero que leí por placer y no porque me lo habían pedido en clase. Además, en un intento de motivar a mi hermana a leer otra cosa que no fuera relacionada con Gerónimo Stilton o Tea Stilton, le presté El diario de Ana Frank y tuvo el mismo efecto en ella (sí, muchos dicen que no podemos negar que somos hermanas).
Poco después, empecé con la saga de Harry Potter, aunque el primer contacto con ella fue por las películas, aunque a partir de la segunda, empecé a leer los libros para no esperar tanto tiempo a que grabaran el resto de partes que faltaban.
Tengo que reconocer que soy un poco rara porque cuando veo una película en el cine, no puedo evitar buscar después el libro para leerlo o viceversa. Me gusta comparar cómo han reflejado la historia en la película y si los actores consiguen representar realmente a los personajes.
En el instituto, un profesor nos habló de Lorca y nos pidió leer algunos de sus poemas. En esa época no supe apreciar realmente lo que estaba leyendo, pero un día mientras buscaba información sobre su vida para hacer un trabajo me topé con La casa de Bernarda Alba y me encantó. Debo reconocer que me gusta mucho más el Lorca dramaturgo que el poeta, porque esta y Yerma son dos de mis obras favoritas.
En esta autobiografía no puedo olvidar nombrar Medea, Prometeo encadenado o Antígona, ya que en el instituto me encantaba la asignatura de cultura clásica y siempre buscaba mitos u obras relacionadas con este mundo.
En cuanto a la literatura hispanoamérica, Sab de Gertrudis Gómez de Avellaneda, La casa de los espíritus y el Juego de Ripper de Isabel Allende me encantaron y me siguen encantando a día de hoy.
Se me quedan muchííííííííísimos libros que me encantan en el tintero, pero a la hora de elegir cuáles nombras he intentado no repetir los que otros compañeros/as han comentado en su autobiografía.
Espero que coincidáis conmigo y recomiendo todas estas obras a cualquiera que no las haya leído aún.
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